Diseñadas para utilizarse como pavimentos o revestimientos, las baldosas cerámicas se han convertido en uno de los materiales más demandados por su alta resistencia y su fácil limpieza.
Los avances que se han llevado a cabo en la impresión digital han permitido que las piezas cerámicas reproduzcan con total exactitud los colores y las texturas de la madera, el mármol o la piedra.
El uso de la cerámica en el hogar ha ido en aumento a lo largo de los últimos años. Según el último estudio de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER), en el mercado doméstico español se ha incrementado la demanda de productos cerámicos un 8% respecto al 2017. Así, 2018 cerró con una facturación total de 890 millones de euros y el incremento de las exportaciones cerámicas españolas llegó hasta los 2.710 millones de euros con Europa y EEUU como principales mercados.
Un crecimiento que va ligado a las nuevas necesidades sociales y a los nuevos edificios del siglo XXI, con la sostenibilidad y la tecnología como ejes principales. Ante este cambio de modelo, las piezas cerámicas son cada vez más habituales en estancias interiores o exteriores, ya que su versatilidad permite que se instalen como pavimentos o revestimientos. Por su resistencia a las altas y bajas temperaturas, su dureza, su fácil limpieza e impermeabilidad, este material se adapta a cualquier tipo de proyecto.
Para saber qué modelo combina mejor según el tipo de vivienda o estilo decorativo, planteamos las siguientes opciones:
Analizar el espacio y escoger el azulejo adecuado
La cerámica presenta un gran número de posibilidades decorativas. Su variada composición (arcilla cocida, arenosa o arcilla con óxidos metálicos) facilita que cada pieza se pueda añadir a un espacio concreto. Si queremos incluir cerámica en el salón o en el baño lo primero que se debe hacer es analizar la estancia y su uso. Existe un análisis (La prueba de Mohs) que cuantifica la resistencia al rayado del 1 al 10 (de más suave a más fuerte) y permite que el usuario sepa si la selección del material es apta o no para el espacio. Además, los avances tecnológicos que se han llevado a cabo a lo largo de los últimos años han posibilitado que las piezas cerámicas recreen las texturas y la apariencia de materiales como la madera, el mármol o la piedra.
Ganar amplitud y ligereza con piezas tridimensionales y neutras
Para ganar espacio en aquellas estancias más reducidas se recomienda instalar piezas cerámicas de color blanco, beige, gris o marrón claro. Una de las mayores ventajas que presentan las colecciones cerámicas para pavimento y revestimiento es que se pueden unificar las distintas estancias con el mismo material y así tener más amplitud entre zonas. Las piezas tridimensionales, los mosaicos cerámicos o las piezas con relieve son alguna de las soluciones más prácticas en baños, salones o dormitorios.
Un material idóneo para cocinas
La cocina se ha convertido en uno de los puntos neurálgicos de la casa. Aunque en un primer momento se concibieron como lugares para cocinar, lo cierto es que en este tipo de estancias es cada vez más frecuente organizar reuniones sociales. De ahí que los revestimientos y pavimentos cerámicos adquieran especial importancia. Los azulejos esmaltados, mates o el gres porcelánico aportarán equilibrio, dinamismo y armonía a las cocinas. Especialmente en zonas de cocción o almacenamiento.
Reducir la humedad a través de la cerámica
El baño es otra de las estancias más usadas de la vivienda. Una razón de peso para incorporar piezas cerámicas de escasa o nula porosidad en zonas húmedas como duchas o lavabos. Los azulejos cerámicos que tengan una superficie más rugosa resistirán mejor a estos espacios por la firmeza que presentan al agua, las bacterias, el calor o el rayado.
