Combinar objetos antiguos con materiales y texturas contemporáneas se ha convertido en el último ‘must’ de la decoración.
Los techos altos con lámparas de araña, los muebles de madera tapizados que se unen a estructuras de metal o vidrio son algunas de las propuestas más interesantes de dicho estilo.
¿Se puede ser moderno sin dejar de ser clásico? ¿Es uno menos contemporáneo por recuperar o fijarse en modelos de la antigüedad? La respuesta es no. O así lo demuestra el estilo clásico moderno, el último grito del nuevo interiorismo. Combinar muebles de madera envejecida con textiles de leopardo o lino, apostar por tonos neutros o crema en pavimentos y revestimientos y enriquecerlos con alfombras orientales, lámparas de cristal, espejos ovalados o elementos naturales son algunas de las ideas que aquí se exponen.
Lámparas de cristal y muebles lacados
Para resaltar las características originales del edificio, este estilo apuesta por dejar visibles las columnas y molduras arquitectónicas en techos, arcos o puertas y potenciar sus elementos con muebles de acero o lacados. Los techos altos que incorporan lámparas de araña o elementos naturales también son otra de las opciones para redecorar el salón o la habitación principal.
Colores neutros con textiles exóticos
Las tonalidades blancas, beige, grises o arena crean una armónica composición con mesas de madera desgastada, alfombras de algodón o piel, sillas de acero y piezas de mármol. Si se quiere arriesgar algo más en estancias como salones o baños se puede optar por el negro, el chocolate oscuro, el azul marino con mobiliario blanco o roble.
Arte y naturaleza
Bustos, esculturas, cuadros o collage armonizan con plantas naturales, motivos decorativos, cortinas o tapizados. El uso de obras de arte clásicas con elementos más modernos incrementa la exclusividad y esa correlación existente entre un interiorismo y otro.
Sí a las ventanas grandes
Apostar por ventanas grandes para que la luz natural se filtre hacia el interior de la vivienda incrementa los giros y el equilibrio de aquellas estancias blancas o metalizadas. Si a esto se le añaden muebles de madera o hierro, la luminosidad enfatiza los elementos decorativos y transforma los espacios en pequeños refugios artísticos.