enero 17, 2022
Idóneos para unir las estancias de una vivienda en un mismo diseño y ampliar sus dimensiones, los suelos laminados se han convertido en un material imprescindible para salones, baños o dormitorios por su diseño y practicidad.
Inspirados en las texturas y vetas de la madera, este tipo de pavimentos mejoran la estética y uso de los espacios debido a sus múltiples acabados, fácil colocación (no se necesita obra) y su elevada resistencia a los impactos, las manchas o los cambios de temperatura. Cualidades que definen gran parte de las colecciones de L’Antic Colonial como AC4 Residence o Endless y AC5 Cross.
Si usted es un profesional del sector y está pensando en utilizar este tipo de suelos para renovar el interior de una vivienda, aquí le damos algunos consejos para la correcta instalación de este tipo de suelos.
Cómo colocar suelos laminados en el salón
Por qué escoger un suelo laminado para el baño
Por su resistencia a la humedad y su fácil instalación, los suelos laminados aptos para baños son la mejor opción para grandes y pequeños proyectos. Al contrario de lo que ocurre con la madera natural, este material tiene unas prestaciones técnicas más elevadas que le permiten una mayor durabilidad en este tipo de estancias. Para un aislamiento completo se recomienda extender la base de forma perpendicular a las lamas y sellar las juntas con silicona.
Consejos para un mejor mantenimiento
La mayor ventaja que tienen los suelos laminados es su entereza, dado que una vez instalados pueden permanecer intactos por más tiempo. Para que así sea, evite pisar el pavimento laminado con el calzado de calle colocando un felpudo en la puerta de entrada. De esta forma, la suciedad o polvo del exterior no se acumulará en la vivienda. Otro consejo práctico es poner tapas o fieltros resbaladizos debajo de las patas de los muebles para que así no se raye el suelo.
Si quiere conservar íntegras todas las propiedades de los suelos laminados lo idóneo es limpiar las manchas o líquidos en seco con una mopa, una escoba de crin o un aspirador. Para quitar cualquier resto o cerco, pase un paño húmedo con un producto PH neutro de limpieza sin agua y frote sobre él.
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