octubre 24, 2022
Revestimiento, pavimento o cenefa. El azulejo siempre ha cobrado gran protagonismo en las cocinas. Su capacidad para adaptarse a los diferentes tipos de interiorismo y las infinitas posibilidades de combinación con el mobiliario, convierten estas piezas cerámicas en la elección idónea.
La calidez del beige
Los tonos neutros se han apoderado de las paredes y superficies de estas estancias. La gama cromática del beige y del gris se adentra en las cocinas, en forma de azulejo, para conseguir espacios llenos de diseño y limpieza visual.
Una de las principales tendencias en la instalación de azulejos en esta estancia son las baldosas hidráulicas. Los estampados geométricos se repiten de forma secuencial y ordenada, dando lugar a espacios con personalidad y carácter, en los que predomina la combinación de colores cálidos en los azulejos para la cocina con mobiliario de madera de nogal (Cocina E4.40 Negro Emotions Mate Roble Noche, de Gamadecor).
Otra posible combinación es el azulejo efecto mate en los tonos más claros (Parma Leather, de L’Antic Colonial) con suelo laminado, que genera estancias cálidas y acogedoras.
El gris, neutralizador de espacios
Tradicionalmente, el gris se ha asociado a los estilos más modernos. La tendencia actual es el uso de varias tonalidades de este color para crear un efecto degradado.
La combinación del azulejo en tonos grisáceos y acabado mate para el revestimiento (Matera Deco Acero, de L’Antic Colonial) con el pavimento en mármol (modelo Aston, de L’Antic Colonial), que posee la misma tonalidad, es perfecta para espacios abiertos y amplios.
La combinación del azulejo con los muebles de cocina en madera de teka o de roble permite la creación de una atmósfera en la que disfrutar entre los fogones o de una buena conversación. La colocación de superficies de porcelánico en tono grisáceo (Liem Grey Nature, de XTONE) produce ambientes sofisticados.
En las últimas temporadas, la cerámica efecto cemento en color beige y gris (Nantes Caliza y Bottega Acero, ambos de Porcelanosa), ha irrumpido con gran fuerza en las cocinas, haciendo de ellas espacios resistentes y personales; reproduciendo un estilo industrial o contemporáneo.
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